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Cómo ser neutros en carbono: medir, reducir y compensar las emisiones
09/10/2023
Clima, Sostenibilidad |
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Ser neutros en carbono, o tener emisiones netas cero, implica que una entidad, ya sea una empresa, una ciudad, un país o incluso una persona, está emitiendo la misma cantidad de gases de efecto invernadero a la atmósfera que la cantidad que está siendo retirada o compensada. En definitiva, se trata de equilibrar las emisiones de carbono con las acciones que las reducen o eliminan.
Entonces, ¿qué significa ser neutros en carbono en una planta de producción? Supone lograr reducir nuestras emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) hasta donde nos sea posible y, aquellas que no se pueden reducir, se compensan a través de proyectos científicamente validados que absorban o reduzcan emisiones.
La neutralidad en carbono es esencial para abordar el cambio climático y sus consecuencias. Al lograrla, se reducen los impactos negativos sobre el clima, los ecosistemas y la salud de las personas. Pero, para conseguir ser neutros en carbono hay que seguir una serie de pasos principales:
El primer paso fundamental es calcular la huella de carbono de la operación. Esto implica identificar y cuantificar las fuentes de emisiones de GEI, como el uso de combustibles fósiles en procesos de fabricación y transportes.
¿Qué emisiones hay que medir en las fábricas? Las emisiones de alcance 1 (directas), de alcance 2 (energía utilizada) y alcance 3 (indirectas). La medición precisa de la huella de carbono servirá como punto de partida para las acciones de reducción.
Una vez que se identifican las fuentes de emisiones es esencial implementar medidas para reducirlas. Esto podría incluir, entre otros aspectos y acciones, la eficiencia energética, la adopción de energías renovables, la optimización de procesos industriales y la mejora en la gestión de residuos.
Por ejemplo, en nuestra planta Vilas del Turbón la reducción de emisiones ha llegado gracias a proyectos como la iluminación LED o la reducción en la temperatura de soplado de los envases de PET, entre otras.
Aunque la reducción de emisiones es el enfoque principal y nuestro primer compromiso en CCEP, es posible que algunas emisiones sean difíciles de eliminar por completo. En estos casos, las compensaciones juegan un papel vital. Las compensaciones de carbono implican invertir en proyectos que absorban o reduzcan emisiones, como la reforestación, la captura y almacenamiento de carbono, o el apoyo a comunidades que utilizan prácticas sostenibles. Tienen que ser proyectos medioambientales acreditados y validados por organizaciones oficiales.
Una parte crucial del camino hacia la neutralidad en carbono de una planta de producción es la verificación por una entidad independiente. Esta entidad se encarga de evaluar y confirmar que las acciones implementadas por una planta realmente han llevado a la reducción de emisiones y al equilibrio entre las emisiones liberadas y las compensadas. Una vez que da el visto bueno, esta entidad acreditada verifica la neutralidad en carbono de la planta de acuerdo a la especificación PAS 2060:2014.
En CCEP, la sostenibilidad está en el centro de nuestra estrategia y tomamos acción para avanzar hacia un futuro más verde y responsable. En este sentido, gracias a nuestra actuación en materia de clima, seis de once de nuestras plantas en Iberia han conseguido la verificación que las acredita como neutras en carbono en fabricación en 2022. Es decir, más del 50%. Concretamente, han sido verificados tres de nuestros manantiales (Fontoira, Aguas del Maestrazgo y Santolín), junto a las plantas de Barcelona y Azeitão (Lisboa). De este modo, se unen así a Vilas del Turbón, la primera planta de Coca-Cola Europacific Partners (CCEP) en Iberia en verificarse como ‘Carbon Neutral’, algo que ya consiguió para su actividad en 2021 y que ahora renueva su compromiso.
Con estas certificaciones avanzamos hacia nuestro objetivo de descarbonización. Nuestra meta está clara: convertirnos en una empresa cero emisiones netas a lo largo de toda nuestra cadena de valor para el año 2040. Este objetivo tiene un paso intermedio: reducir nuestras emisiones en un 30% con respecto a las de 2019 para el año 2030.