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Una bebida para cada momento: Coca-Cola en el espacio

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15/02/2024

Negocio |

Corría el año 1984 y en Coca-Cola alguien tuvo una idea tan brillante como una estrella fugaz: "¿Y si pudiéramos beber Coca-Cola en el espacio?". Pocos meses más tarde, ya en 1985, la NASA planeaba un viaje de una nave Challenger. ¿Qué pasó entonces? Así comenzó una historia que nos llevaría más allá de la estratosfera.  

Hay muchos momentos especiales para beber Coca-Cola, pero hasta bien entrado el siglo XX no se había planteado la posibilidad de que beberse una Coca-Cola en el espacio. En 1984, mientras el mundo estaba ocupado con peinados extravagantes y música sintetizada, Coca-Cola planteó una pregunta que cambiaría el curso de la historia... de las bebidas espaciales: "¿Se puede disfrutar de una refrescante Coca-Cola en el vasto vacío del espacio?" La NASA dijo "¡Claro, por qué no!

Entonces, en Coca-Cola se pusieron manos a la obra, empezando por crear un envase para garantizar a estos clientes tan especiales una experiencia de consumo inolvidable. Se desarrolló una lata diseñada para dispensar el líquido de su interior en microgravedad. La lata tenía una boquilla especial y un dispensador para chupar, solucionando así el problema de cómo beber sin que las burbujas se convirtieran en pequeños satélites flotantes en la nave.

Con un coste de 250.000 dólares, esta maravilla tecnológica estaba diseñada para situaciones de gravedad cero. Hasta ese momento, el reto de beber líquidos carbonatados en el espacio era tan grande como encontrar vida en Marte.

El invento se lanzó en la misión 51-F del transbordador espacial en julio de 1985 para que la tripulación probara las famosas latas en una prueba de resistencia en el entorno espacial. La singularidad de disfrutar una Coca-Cola en el espacio no solo rompía barreras científicas, sino que también demostraba que la marca estaba dispuesta a llevar su sabor único a los confines más lejanos.

Esta historia nos deja una lección importante: la curiosidad y la innovación no conocen límites, ni siquiera el espacio. Coca-Cola mostró que, a veces, para alcanzar las estrellas, hay que soñar y, por qué no, disfrutar de un buen trago... aunque sea en la Tierra. ¿O no?